Articulo enviado por Eugenio Rodriguez Morales.

Emotiva y alegre fue la celebración de los 50 años de egresados que tuvieron el sábado 12 los Sextos Años 1962 del Liceo de Rengo. Tal como estaba anunciado, los ex compañeros de curso se comenzaron a congregar a las 10.30 horas en la plaza, frente al Liceo, desde donde se trasladaron en caravana al Cementerio Católico. Allí hubo un responso por los compañeros y el profesor jefe fallecidos. Al inicio del acto Gastón Romero hizo una hermosa introducción recordatoria de los compañeros que partieron para siempre. El responso fue pronunciado por el diácono Jorge Campos.

Una vez terminado ese homenaje, “Los Mateos” –el apodo lo adoptaron por el nombre de la ramada dieciochera que instalaron a beneficio de la gira de estudios– se trasladaron a la Casa de la Cultura, donde al mediodía se realizó el acto recordatorio de la licenciatura. Hubo un discurso inicial de Eugenio Rodríguez –quien habló también aquella vez–, y luego se entregaron diplomas por asistencia y acciones destacadas a favor del grupo, ya por la labor organizativa como por otros méritos personales.

            El primer homenajeado fue el profesor jefe Gustavo Gálvez Ibarra (q.e.p.d.), en la persona de su esposa Lucy Mera. Luego recibieron diplomas por razones de cooperación y buena voluntad los ex alumnos Lidia Muñoz, Claudio Saavedra y Elías Valdés, este último presidente de la agrupación. Se dejó constancia de los diplomas especiales que merecían Manuel Contreras, por esfuerzo, y su esposa Graciela Díaz, por abnegación e integración al grupo. Ambos tuvieron la intención de asistir –desde Cabrero, VIII Región–, pero no pudieron hacerlo por razones de fuerza mayor. En la parte final se entregaron diplomas de asistencia a los ex alumnos presentes.

            El acto terminó con la entonación del Himno del Liceo de Rengo, tras lo cual hubo un vino de honor en el cual se compartió con parientes y amigos.

            Por la noche se desarrolló la habitual cena de camaradería, que tuvo lugar en el centro de eventos “Parcela El Gallo” de la Rinconada de Malambo, tras la cual vino la parte bailable, apoyada excelentemente por la música y la voz de Oscar Manosalva, también integrante de la agrupación “Los Mateos” (como su esposa Inés Armijo).

            Cabe dejar constancia de que parte importante de los asistentes viajaron desde diversas ciudades para el encuentro, varios de ellos de Santiago; pero también llegó una persona desde Talca, otra desde Valparaíso, otra desde Pichidangui (Eduardo Muñoz, residente en la capital, pero que veraneaba en el balneario de la V Región), otra desde Concepción y otra desde Los Angeles (VIII Región). El porteño leyó una “Versaina por los Sextos Años 1962”, versos festivos que sacaron risas y aplausos.

            La convocatoria quedó abierta de inmediato para el segundo sábado de enero de 2014, aunque los interesados saben que la promesa formulada en la cena de despedida en el Hotel Central la noche del 23 de diciembre de 1962 estará vigente –como dicen ellos– “hasta el último suspiro”.